Mañana de Viernes Santo.

Y llegó el día esperado. Todo estaba preparado, y nosotros también lo estábamos. Eran casi las 7 de la mañana cuando un hermano nuestro nos comunicó la feliz noticia de nuestra salida a las calles de Mairena, aunque no haciendo el recorrido completo, porque, a las 12 de la mañana, los partes meteorológicos nos auguraban lluvias dispersas, y a esa hora debíamos estar en casa. La Virgen de la Amargura iba exornada con rosas blancas, y Su Hijo con un monte de claveles rojos. Empezaron a salir los primeros tramos de nazarenos comandados por la Cruz de Guía, y después, lo hizo Nuestro Padre Jesús Nazareno, entre nubes de incienso y acompañado por la banda Jesús Despojado de Granada. Más tarde lo hizo Nuestra Señora de la Amargura acompañada por la Banda Sevillana de la Cruz Roja. Empezamos nuestra andadura por las calles con mucho frío, 3 grados centígrados en el ambiente y 2 de  de sensación. Debido a las lluvias del Jueves Santo y las que amenazaron en el mediodía del Viernes Santo hicieron que el Sermón del Calvario y la limpieza del Rostro se hiciese en la Plazoleta justo antes de la entrada. Cuando esto se produjo nuestros titulares entraron en su casa para esperar a un nuevo año. También sabemos que había público de México, Inglaterra, Francia e Italia.