Una visita muy especial.

El día se presentaba muy ajetreado, llegó el día, íbamos a visitar aquellos que nos vieron jugando en la calle de pequeños y que hoy no tienen esa fuerza. Un grupo de percusionistas preparados de antemano encabezaba el cortejo desde la casa-hermandad hasta el asilo de Alconchel que llevaría a sus majestades. Nos recibieron con palmas, vítores y algún que otro baile. Después partimos hacia nuestro punto de partida esquivando cada coche que intentaba pasar. Aquí llegados tomamos algo de aire respiramos para afrontar un momento duro de asimilar, el de una niña de unos 9 años llamada Bárbara que vive encerrada en su casa. Simplemente entrando por la puerta te das cuenta de qué es lo que te espera, 2 bombonas de aire y un motor velan en la puerta esperando su uso, y un sueño en obras, su casa. Subimos hasta la primera planta donde nos recibió en su sofá, acostada, viendo el televisor con su madre y otros familiares. Su madre estaba loca de contenta, pero nosotros, desacostumbrados a esta imagen, difícil era contener las lágrimas. Pensabas en cómo le podía pasar esto a alguien, que cómo había llegado a donde está. Quieres ayudarla y lo único que puedes hacer es recolectar los tapones de plástico de las botellas y demás recipientes. Por eso, y ahora más que nunca le pedimos su colaboración con esta niña visueña que espera todos nuestros tapones para un ascensor y un vehículo homologado.